jueves, 9 de marzo de 2017

Zombies, comedias, y colaboraciones fallidas

Cuando se estrenó Left 4 Dead en 2008, recuerdo haberlo descargado y jugarlo a un nivel tan bajo que los escenarios oscuros no tenían iluminación (literalmente se veía todo como si fuera de día, pero el juego se desarrollaba de noche). Sin embargo, el foro en el que publicaba relatos en ese tiempo comenzó a jugarlo de forma regular, y se difundió rapidamente. También, fue dos años después de eso, cuando comenzó la obsesión por los zombies, que hablé con otro usuario del foro para crear un relato de zombies, ya que era un género que no veíamos mucho pese a esa explosión.

La forma de trabajo fue más o menos así: yo escribí una versión más o menos sería del capítulo, y luego él agregaba los chistes. Hicimos eso: tardé más o menos dos días en tener listo un prólogo para dicho relato, y luego se agregaron varios chistes y se alargaron otras escenas para llevarlas al punto del absurdo.

Al final ese prólogo tuvo buena aceptación, e íbamos a hacer una parodia de las historias del primer Left 4 Dead, pero nunca resultó: mi pc no podía correr bien el juego, y no quería pasar por la tortura de bajarlo y rezar para que funcionara para poder modelar los relatos adecuadamente. Así fue como un relato que parecía prometer se fue a la basura completamente por culpa de mi computador.

Debo decir que me gustó como quedaron los chistes.

jueves, 2 de marzo de 2017

¿Por qué sigo escribiendo? - Parte 3: Legado

Se dice que todos los hombre siempre quieren dejar un legado en esta tierra, que viene siendo una forma que tenemos de decir "Yo estuve aquí" cuando hayamos muerto. No sé ustedes, pero la muerte es una de las pocas cosas que me aterra a grados que no puedo describir: creo que gran parte de ese miedo viene del hecho de que no sabemos qué pasa al morir, y puede que más bien tengamos miedo a lo desconocido. Esto lo digo porque siempre he notado que las películas, series, videojuegos, y libros de terror suelen encontrar la fuente del terror en lo desconocido.

Cuando el nombre de un autor está impreso en una hoja de papel, sabemos que podemos esperar ciertas cosas, y sabemos que diferentes autores tienen diferentes temas y estilos que se ven en sus novelas. A veces escuchamos cosas de esos autores, y sabemos que García Marquez escribía realismo mágico, que Poe escribe terror gótico, y así con muchos autores. La verdad, me gusta pensar que algún día mi nombre puede estar así.

Ahora mismo miro mi librero (que no es muy grande: debe medir 1.20 de alto, y no más de 40 de ancho), y tengo una de las cuatro partes de este llena de libros de un solo autor. Si les soy sincero, tengo la esperanza de que algún día alguien tendrá libros con mi nombre en sus libreros, y que los atesorarán porque marcaron un hito en sus vidas. Y me gustaría pensar también que al tener esos libros, también piensen en la gente a quienes están dedicados, porque me he dado cuenta de que un autor dedica un libro solo a quienes son especiales para sí.

Entonces, ¿por qué sigo escribiendo?

La tercera razón es esta: es mi legado, y quiero que me recuerden a mí y a las personas que son importantes en mi vida, a quienes espero hacerles justicia en mis páginas.

martes, 28 de febrero de 2017

¿Por qué sigo escribiendo? - Parte 2: Mente ocupada

Siempre he tenido una mente muy activa: puedo estar mirando a los ojos a una persona, pero mi mente puede estar pensando en un soldado del desorden que está peleando en la tercera guerra contra los invasores del planeta Nota Adhesiva, quienes planean organizar todas nuestras ideas de forma efectiva. Esto último lo acabo de inventar mirando mi escritorio, pero creo que servirá como ejemplo (aunque no es algo que haga todo el tiempo: hay momentos que siempre me mantienen con los pies en la tierra).

Muchas personas tienen una mente que no puede dejar de trabajar, y siempre deben mantenerse ocupados con lo que sea: pueden ser deportistas, abogados, profesores, ingenieros, albañiles, panaderos, cocineros, o cualquier otra cosa, quienes se dedican a una actividad principal mientras inician otras muchas secundarias en su tiempo libre. Muchas de esas mentes no dejan de trabajar y terminan llegando a cursos poco placenteros cuando no se les ponen límites a los caminos que pueden recorrer.

Hace tiempo leía "Mientras Escribo" de Stephen King, quien citaba a Hemingway para decir que muchos escritores bebían para escapar al terror existencial de afrontar la realidad de nuestras existencias en el universo. Siendo muy sincero, hubo un tiempo en el que estuve obsesionado con esta idea, y muchos de esos pensamientos pueden verse en mi primera novela, que terminó teniendo largas descripciones de los pensamientos de un personaje que deseaba morir. Todo esto tuvo su climax cuando tuve que tomar fármacos para controlar mi estado, ya que no era agradable vivir con dolores de espalda y que se me haya comprimido un nervio del pecho por las enfermedades que me causaba el estrés. 

Cuando ya pasó todo esto, me dediqué a escribir nuevamente: había tenido dos decepciones amorosas en el plazo de un año, y ambas también están en esa novela en diferentes grados. También, comencé a plantearme la posibilidad de rescatar una historia escrita en mi adolescencia a la que le tenía mucho cariño, y comencé a plantearme la posibilidad de reescribirla con mi estilo nuevo. 

Sin embargo, no todas las historias son meros desahogos del terror de vivir el día a día: los antiguos poetas tenían a las musas, quienes eran las que intercedían entre los poetas y los dioses para brindar inspiración a los primeros. Tengo a mi musa, para quien guardo algunos de los relatos más personales, porque son para ella. Sin embargo, hay otros cientos de relatos que sí son mi forma de mantener la mente ocupada, y que me gustaría que otros lean para poder compartirlas y brindar un pequeño escape de la realidad desde un par de letras escritas en una hoja de papel o en un archivo digital.

Entonces, ¿por qué sigo escribiendo?

La segunda razón es esta: mantener la mente ocupada pensando en historias me ayuda a evitar que tome rumbos desagradables, y ha sido un recurso útil para mantenerme cuerdo cuando todo parece venirse abajo. Aunque también es porque la inspiración es un regalo divino, y no puede rechazarse así como así.

lunes, 27 de febrero de 2017

¿Por qué sigo escribiendo? - Parte 1: El Poder

Ayer estaba a punto de irme a acostar debido a un dolor de espalda cuando un pensamiento me cruzó la cabeza: ¿Por qué sigo escribiendo, incluso cuando yo mismo me digo a mi mismo que soy un fracasado?

Estaba leyendo sobre un autor de libros juveniles bastante famoso, de quien no he leído ningún libro, pero sí vi una de sus adaptaciones al cine. Leyendo su página en Wikipedia me di cuenta de que dijo que quizás no vuelva a escribir un libro, ya que detestaba la presión que involucraba. Fue en ese momento que me puse a pensar que estar frente al teclado me hace sentir poderoso de una forma que no puedo describir: tengo un teclado que me costó cien mil pesos, los cuales obtuve vendiendo un premio ganado en un concurso de una radio. Compré este teclado para escribir con menos dolor, pero admito que también me hace sentir "más como un escritor", ya que estuve dispuesto a invertir en lo que muchos llaman un hobby, pero que yo quiero que sea mi profesión.

Sentir el sonido y la sensación táctil de mi teclado me hace sentir excitado de una forma extraña: no es sexual, no tiene que ver con ninguna liberación a largo plazo, ni tampoco se sentirá un alivio en un plazo que pueda determinar con exactitud.

Antes de que pueda darme cuenta, estoy contando la historia de personas que no conozco, y que quizás ni siquiera sus nombres hayan sido usados todavía. Todas estas personas viven en lugares que jamás visitaré, y que fueron edificados por personas que jamás llegaré a conocer, pero que ya estaban ahí cuando comencé a escribir las vivencias de las personas que ya mencioné. Hay una frase que me gusta sobre esto: "Si el universo es infinito, entonces no existe la ficción", aunque admito que esto conlleva cierto delirio de divinidad para algunos.

Entonces, ¿por qué sigo escribiendo?

La primera razón es esta: me hace sentir bien, y siento un poder que ninguna otra ocupación me da.

viernes, 24 de febrero de 2017

Literatura (creada en mi época) Adolescente

Cuando estaba cursando la asignatura de Literatura Infantil y Juvenil en mi carrera, recuerdo que mi profesor nos dijo que siempre es complicado escribir literatura infantil y juvenil, porque los adultos tenemos otra idea de la niñez, y muchas veces es la idealización de la infancia lo que se pone en los libros y cuentos.

Cuando el profe dijo eso, me puse a pensar en una frase de uno de mis libros favoritos: "La infancia es un periodo de libertad absoluta, antes de que notemos que el sexo opuesto esté ahí". (Es de "Corazones en la Atlántida", por si se lo preguntaban). Y eso me puso a pensar en que antes escribía más relatos: ahora lucho para cumplir una cantidad de palabras, pero antes escribía capítulos de varias hojas como si nada.

En un intento por recrear esa capacidad que tenía antes de escribir más y más rápido, comencé a escuchar la música que escuchaba antes, ver películas que me gustaban cuando pequeño, y cosas así. Lo único que conseguí fueron un par de párrafos mal escritos, y que terminé borrando al rato después.

Se me había olvidado que así era cómo escribía antes: saltándome reglas, adornando frases, y sin llegar a ninguna parte. Quizás el profesor sí tenía razón en que idealizábamos la infancia.

miércoles, 22 de febrero de 2017

Notas Rojas y Felicitaciones

Hace poco les conté que escribía en la revista de mi facultad, la cuál se acabó sin previo aviso tras un poco más de un año. Me gustaba escribir ahí, porque era un espacio que yo creía importante, y era entretenido sentirse parte de algo que podía crecer rápidamente si lográbamos llegar a las personas correctas. 

Una de las pocas personas que leían esa revista era la profesora de Currículum y Evaluación, que era un ramo que me tenía con el miedo constante de que lo iba a reprobar al punto de ni siquiera poder dar examen. Esa profe no me caía mal, pero no era una de mis favoritas por su excesiva rigurosidad a la hora de poner notas.

Un día, antes de una prueba, me felicitó frente a toda la sección por un artículo que escribí. Debo admitir que no estoy acostumbrado a que me feliciten mucho por lo que escribo, y me sentí bastante incómodo ese día, sobre todo porque no me sentía preparado para dicha prueba.

El resultado a la semana siguiente fue hermoso: reprobé la prueba casi totalmente, y me fui a examen gracias a eso. Y tampoco me volvieron a felicitar por los artículos en la revista de la facultad, porque se acabó un par de meses después.

lunes, 20 de febrero de 2017

Liebster Award

 Liebster Award 

 
Hola a todos.
Esta entrada es distinta a lo usual, pero el miércoles habrá una entrada normal. Hace varios días que me nominaron a esta dinámica, y quise aceptarla para que ustedes también puedan conocerme un poco más. 
Quiero agradecerle y pedirle disculpas a Vida Textual, quienes me nominaron, y no pude responder a esto antes, ya que el tiempo no me lo permitió antes.


La descripción de la dinámica es la siguiente: 

1. Agradecer y seguir a quien te nominó.
2. Responder las preguntas que te haga quien te nominó.
3. Nominar a 5 blogs con menos de 200 seguidores.
4. Realizar 11 preguntas a los blogs que nomines.
5. Avisar sobre la nominación a esos blogs.


  Mis Respuestas: 

1.- ¿Cual es el libro que amas y odias a la vez?
"La Torre Oscura VI: Canción de Susannah". Me gusta, pero siento que es el más débil de toda la saga.

2.- ¿Libro que te inició en la lectura?
El primer libro que recuerdo haber leído es "El Fantasma de Palacio", pero empecé a leer mucho más regularmente con "La Torre Oscura I: El Pistolero".

3.- ¿El peor libro que has leído según tu criterio?
"Crónicas de Équilas: La Espada de la Luna Rota". Lo encontré lleno de clichés de la fantasía, y muy difícil de leer, porque da la sensación de que te saltaste algo constantemente. 

4.- ¿Libro que jamás leerías y por qué?
Ninguno, aunque debo decir que hay libros que tengo menos ganas de leer que otros.

5.- ¿Libro que leíste literalmente sólo por su portada?
Ninguno. No me gusta juzgar un libro solo por la portada, pero sí admito que hay algunas portadas que motivan más que otras.

6.- De las sagas que has leído ¿cual ha sido tu favorita?
"La Torre Oscura" es la única que he leído hasta ahora, aunque hay muchas sagas que me encantaría leer en el futuro próximo.

7.- ¿Qué libro te decepcionó?
"El Héroe de las Mil Caras". Es el libro que describe la estructura del "Viaje del Héroe", y sentí que el libro parecía más una muestra de conocimientos que una idea clara, aunque aprendí mucho.

8.- ¿Cual fue el libro que te hizo sufrir mucho?
"De Ratones y Hombres". Lloré con el final, y mucho.

9.- ¿Has leído un libro sólo por reto y si fue así, cual fue?
No.

10.- ¿Libro que has amado con locura?
"Apocalipsis", de Stephen King. Me encantan sus personajes. También "La Torre Oscura VII: La Torre Oscura", porque me lo regaló mi pareja, y lo amé.

11.- ¿Quién es tu personaje favorito y el que más odias?
El favorito podría ser Stuart Redman, de "Apocalipsis". Los que más he odiado hasta ahora son la Familia Mackenzie de "Luna: Luna Nueva", no logré conectar con ellos, y me parecieron villanos algo genéricos.

Espero que esto les haya dicho algo más sobre mí (además de que me gusta Stephen King).
MIS NOMINADOS SON: 

MIS PREGUNTAS:

1-¿Cuál ha sido el final más decepcionante que has leído?

2- ¿Un libro que amas, pero odias su adaptación a cine o TV? Si es así, ¿Cuál?

3- ¿Hay algún libro que te guste tanto que coleccionarías todas sus ediciones si pudieses hacerlo? ¿De cuál?

4- ¿Cuál crees que es el peor protagonista de un libro, y por qué?

5- Si pudieras elegir a un actor para encarnar a tu personaje favorito ¿Qué actor elegirías y para qué personaje?

6- ¿Has llegado tarde a algún lugar por quedarte leyendo? Si lo has hecho, ¿Cuál fue el libro que te quedaste leyendo?

7- ¿Tienes alguna manía cuando lees? ¿Cuál?

8- ¿Hay algún libro o saga que recibe más odio del que crees que merece, o que creas que está subvalorado? ¿Cuál?

9- ¿Qué libro borrarías de la existencia si pudieras?

10- ¿Has escrito Fanfiction de alguna saga? Si lo has hecho, ¿Cuál?. Si no lo has hecho, ¿Lo harías, y sobre qué saga?

11- ¿Cuál ha sido el momento que más te ha hecho reír en un libro?
Saludos a todos :) 

jueves, 16 de febrero de 2017

El Guión

El 2011 hubo una gran cantidad de paros y tomas de colegios, y mi liceo estuvo en toma durante varios meses. Yo cursaba tercero medio en ese tiempo: era una masa extraña de 16 años de edad, con un gusto por el heavy metal, y algunas otras cosas.

Durante el tiempo de toma, aprovechamos y armamos una banda con varios amigos míos. Uno de ellos era bastante bueno para las fiestas y el alcohol (el opuesto total mío), y nos hicimos amigos en extrañas circunstancias. En ese tiempo siempre era yo quien hablaba con él todos los días para mantener a la banda unida, ya que no estudiábamos juntos, y sabía que él quería ser cineasta. 

Tiempo después se fue de la banda, pero seguimos hablando y un día le hice enojar por hincharle demasiado. Para calmarlo, le pregunté si tenía planeado filmar algo, porque yo estaba escribiendo un guión. Dijo que tendría que leerlo, pero no prometía nada. 

Lo que él no sabía era que ni siquiera había empezado a escribir dicho guión, y recién empecé días después de ofrecerlo. No sé en qué fecha fue, pero sé que fue en septiembre, después de que la municipalidad hiciera un programa para evitar perder el año escolar y seguir pasando de curso: fui a eso y luego fui a un Telepizza en un centro comercial. El local había tenido problemas con uno de los hornos y estaba lleno de humo, pero logré pedir una pizza individual. Mientras esperaba, tomé un cuaderno de tapa amarilla y empecé a escribir esa historia.

No tengo idea de dónde quedó, pero sé que no terminé de escribirlo.

miércoles, 15 de febrero de 2017

El MP4

No sé si recordarán que hace unos días dije que solía leer fanfics en un MP4 de marca Fujitel. Bueno, lo hacía cuando estaba en esa etapa de mierda de la vida de todos que es conocida como "Octavo Básico": una etapa en la que no eres ni chico ni grande, y en la que toda la gente hija de puta que vas a conocer en tu vida comienza a manifestar las primeras señales definitivas de su "hijodeputismo" (en mi caso tenía varias compañeras que fueron mamás antes de terminar la media, y algunos otros compañeros que también se mandaron el cagazo).

Bueno, en esa época estaba comenzando la moda del reggeton, que siempre he detestado, y yo siempre tenía el MP4 conmigo. Recuerdo que leía de todo en esa pantalla de apenas un par de pulgadas, y llegué a leer "Metro 2033" en esa pantallita. Había momentos en los que estábamos sin profesor por largos ratos, y siempre había alguien que llevaba una radio para poner música. En esos ratos todos aprovechaban de escuchar música y bailar, pero yo salía de la sala para seguir leyendo. Admito que también salía porque odiaba la música, y disfrutaba la expresión de miedo de mis compañeros ante el miedo de que fuera a buscar a un inspector para terminar la fiesta.

No sé qué tanto leí en esa época, pero fue una de las primeras veces en las que me di cuenta que había algo más para leer que los libros que nos daban como lectura obligatoria a lo largo del año. Hay un relato que recuerdo con cariño, que era un relato de drama adolescente que tuvo mucha influencia sobre la que terminó siendo mi primera novela (que está tirada, sin publicar y esperando que dos amigos la lean y me den sus comentarios).

lunes, 13 de febrero de 2017

Tiempos Pasados

Hace un par de meses me enteré de que el foro dónde publicaba mis historias cerraría dentro de poco (y lo hizo en enero). Saber eso fue como un balde de agua fría, porque era un lugar al que siempre me gustaba pasar.

Cuando era chico, tenía menos miedo de escribir, y no me paraba tanto a ver la página en blanco del Word antes de empezar a escribir lo que fuese. Incluso tenía un cuaderno en el que escribía los borradores de las historias mientras estaba en el colegio.

Me gustaba tomar los fanfics de aquel foro, y leerlos en un MP4 Fujitel que no era más grande que la pantalla de un celular, pero me leí cantidades industriales de cosas en él. Me acuerdo de que tenía que pegarlos en un bloc de notas, y que siempre tenían letra Courier New cuando los abría en Word. Esto hizo que escriba con esa letra desde entonces, y lo sigo haciendo hasta ahora: todos mis relatos están escritos con letra Courier New de tamaño 10. 

Extraño aquellos días por momentos, porque siempre tenía tiempo en clases para anotar un par de palabras con lápiz bic azul en un cuaderno que me sobraba de los que me daban a principios de año, cuando debía tener 10 cuadernos para 10 asignaturas. Siempre usaba un cuaderno azul para escribir, y pasaba los borradores en limpio en el computador de mi tío.

Pero ahora tengo muchos años más, y no me ha ido muy bien. Aparte de fracasado, me puse nostálgico.

viernes, 10 de febrero de 2017

¿Soy un artista?

Quiero partir dándole las gracias a todas las personas que ahora siguen mi blog, ya que significa que a muchos les han interesado mis desventuras.

Ahora, si yo les dijera que pensaran en un artista, lo más probable es que se imaginen a un músico o a un pintor, pero ni de chiste a un escritor.

¿Acaso lo que yo creo cuando escribo vale menos que una canción o una pintura? Porque si es así, creo que alguien debería llamar a los grandes escritores y decirles que sus escritos no son arte, y que tienen menos valor artístico que una canción.

De repente me frustra escuchar que hay gente que no dice que los escritores somos artistas, porque si hay alguien que ame escribir, tengan por seguro que hay sufrimiento en muchas de las historias que escribimos (recuerden que yo tengo tendinitis, así que sé de dolor), incluso si a veces nos esforzamos para que algo sea rápido y fácil de leer.

Voy a aprovechar de descargarme, porque si hay algo que no soporto es a los hip-hoperos que se suben al metro, porque todos tienen el mismo discurso de pseudo-revolución, y son lo más molesto que hay. Y cada vez que alguien deja de considerar a los escritores como artistas, les digo que se siente pésimo que a esos cantantes de cuarta sí los consideren artistas en lugar de a nosotros (Yo tuve una banda, y sacamos una canción. No era muy buena, pero por lo menos lo hicimos).

lunes, 6 de febrero de 2017

El Encargo Disney

Recuerdo que un día fui a ver a mi tía, que tiene dos hijas menores que yo. En ese tiempo yo ya escribía, y toda mi familia lo sabía, aunque nunca se habían dignado a leer las cosas que escribía y publicaba en un foro en ese tiempo.

Lo que pasó en esa visita fue que me preguntaron cuánto les cobraba por escribir un cuento de tres páginas en el que todas las princesas Disney se conocieran para una tarea de mi prima menor (no debía tener más de 8 años en ese tiempo). Apenas me dijeron eso dije que no, porque mi estilo de escritura era completamente diferente a lo que solía pasar en las películas Disney (escribía historias de suspenso en ese tiempo).

La verdad era que simplemente me daba flojera hacerlo, y no quería que a mi prima la llevaran a un psicólogo por escribir una historia en la que una de ellas moría y las demás trataban de descubrir al culpable (que fue la única idea que se me ocurrió para hacerla).

viernes, 3 de febrero de 2017

Santiago en 100 Palabras

Hay quienes dicen que este es el concurso más emblemático de cuentos de Chile, aunque yo jamás he logrado verle la gracia.

Ahora, voy a admitir que he participado y jamás he logrado ganar absolutamente nada, y tampoco he salido en uno de los libritos que entregan cada dos años, así que también puede ser que hable un poco desde la perspectiva del perdedor.

Aunque, ¿alguien se ha parado a leer los cuentos? He escuchado a harta gente que me ha dicho que no tiene ni idea de qué dicen los cuentos realmente. Sí, la idea es que cada uno lo interprete como quiera, pero a veces pienso que los jurados que eligen los cuentos que ganan tienen que estar muy en otra para lograr entenderlos. También, incluso cuando dicen cuales son los criterios para elegir a los ganadores, hay veces en las que ni siquiera se cuenta una historia realmente, y no tienen nada que ver con Santiago. Sinceramente, no sé si soy yo, o el concurso elige como ganadores a cuentos que dicen muy poco.

La última vez que participé fue hace 6 años, y no creo que lo haga de nuevo pronto.

lunes, 30 de enero de 2017

El día que mi profe entendió que no aprendí nada

Si hay algo que me enferma después de estudiar para ser profesor, es que ahora te digan e inculquen que todo fracaso en el desempeño de los estudiantes es culpa del profesor, que en este caso soy yo.

Fue durante mi primer año de carrera que, en mi infinito afán de verme a mí mismo como escritor, terminé enterándome de que había una revista en mi facultad, y que estaban recibiendo columnistas. Hablé con el profesor a cargo, y publiqué un ensayo que hice sobre política que me sirvió para tener un 6,5 en una presentación un par de semanas antes.

Pero después llegó la semana de entrega para la segunda entrega de la revista. Fue en ese momento que vi mi copia de "El Príncipe", de Nicolás Maquiavelo, y me di cuenta de que estaba cansado de que me enseñaran que toda la culpa era del profesor cuando pasaba algo en la sala (incluso, por un momento, me acordé del chiste de que los enfermos le dan las gracias a Dios cuando algo sale bien, cuando fue el médico el que hizo todo el trabajo).

Todo esto hizo que mi mente escribiera un ensayo en el que decía como el profesor tenía que ser un tipo cabrón, pero un cabrón con estilo (gracias, Coco Legrand), y tenía que pedirle a alguien que lo leyera, así que se lo mandé a una profesora de un ramo de pedagogía.

Lo único que me dijo era que era todo lo contrario a lo que me habían enseñado en la carrera. Eso sí, me felicitó porque no tenía errores de redacción.

jueves, 26 de enero de 2017

El teclado

Muchas veces me he parado a pensar en que los escritores antiguos tenían que escribir sus libros a mano, y que luego cambiaron su método de escritura cuando pudieron disponer de una máquina de escribir para realizar su trabajo.

Incluso, cuenta la historia de que Nietzche experimentó un cambio radical en su forma de escribir cuando adoptó el uso de una bola de escribir mecánica. Incluso si no sé si dicho aparato fue tan difundido y usado como lo es la máquina de escribir que todos reconocemos e imaginamos al escuchar el término, eso me puso a pensar acerca de las manías que tenemos a veces con nuestros aparatos electrónicos.

Por mi parte, usé un teclado normal durante gran parte de mi vida, partiendo a los 4 años, cuando mis padres compraron un Compaq Presario que yo usaba para jugar Crayola hacia finales de los años noventa. Luego, usé un teclado ligeramente más moderno cuando compraron un equipo Olidata hacia principios del milenio, el cuál usé hasta finales de la década, cuando me regalaron un computador reacondicionado del lugar de trabajo de mi mamá, que incluía un teclado Microsoft que supuestamente era ergonómico, pero solo me causó gran dificultad para escribir, y que dejó de funcionar al tiempo después.

Luego, en 2012, compré un teclado por primera vez, que fue uno de marca Genius, en una conocida tienda de electrónica. Al año de comprarlo, que coincidió con mi primer año de universidad, comencé a tener fuertes dolencias en mis muñecas, que no se hicieron más fáciles de soportar con mi uso intensivo de un joystick de consola. Esto me llevó a un tratamiento por tendinalgia, que es el principio de una tendinitis. Lo peor es que esta se gatilló tras quedarme dormido por 12 horas por encima de mi brazo, y no por escribir mucho.

En 2015, tuve tendinitis oficialmente, y pensé por primera vez en cambiar mi teclado. Mi novia me habló sobre los teclados mecánicos, y comencé a considerarlos una buena opción, aunque no lo era financieramente, incluso cuando amo escribir, y llegué a tener tanto dolor que tuve que pedirle a una profesora dar una prueba de forma oral, ya que no podía escribir.

En julio del 2016 gané un concurso en una radio chilena, y debo decir que me vi forzado a vender el premio para cambiar mi computador y mi teclado, que ya estaba causándome dolores más fuertes de lo que podía soportar, y mi computador no me dejaba escuchar música mientras escribía. Con el dinero me compré un teclado mecánico diseñado para videojuegos, ya que las teclas que suelen usarse más para jugar están iluminadas en rojo. 

Debo decir que cuando me compré este teclado fue casi una conexión instantánea: lo probé en una tienda en el Costanera Center, y lo compré en la sucursal de la misma en La Florida (debo confesar que el vendedor de la primera tienda lo abrió para mí, pidiéndome que luego fuese a comprarlo para evitar problemas. Me sentí terrible por aquello, pero albergaba esperanzas de encontrar uno más barato), y sentí que las teclas causaban pequeños orgasmos en mis dedos de escritor, ya que eran muy suaves al tacto.

En esos días no tenía acceso a internet, por lo que usé el pequeño disco de instalación, y casi quemé mi computador en el proceso (así de viejo estaba). Fue un problema al principio, pero logré acostumbrarme a las teclas, y agradecí poder usar funciones multimedia por primera vez en mucho tiempo.

Ahora, mi cantidad de palabras por día ha aumentado, y los dolores de los tendones siguen, aunque más suaves. Muchas veces pienso que las manos son el instrumento más valioso de un escritor, y estas necesitan tener a su alcance las herramientas adecuadas. Sí, muchos pueden decirme que un verdadero escritor escribirá con su propia mierda en una pared si de verdad quiere hacerlo, pero tienen que admitir que no cualquiera tiene el aguante para mantener el brazo en alto mientras escribe ¿Se imaginan qué hubiera pasado si Tolkien hubiera escrito la saga de El Señor de los Anillos de esta forma?.

Además, muchas veces veo mi caligrafía y recuerdo que hay una razón por la que dejé de escribir mis originales en papel a los catorce años, pero me lamento de haber aprendido la importancia de editar recién a los 20 y algo.